sábado, 16 de enero de 2010

El mismo que pasó a ser otro

El hombre conversa constantemente consigo mismo”.
Cassirer

Perdóname si no te dejo dormir, pero sabes que la fuerza de mi curiosidad es casi tan fuerte como un ejército en posición de ataque. Me gusta entender.

Entender es algo complejo, cuando no sales de tu cuerpo y no experimentas el placer y saber de conocer tu exterior y el de los demás. Tal vez llegarás a miles de complejos, supeditando cada uno de ellos en base a teorías que conocemos gracias a la sed por no morir ignorantes y manipulados.

Sabes que no me interesa llegar a una respuesta Freudiana del asunto, ni mucho menos debatir sobre el Fibonacci. Ignorante moriremos, pero tu recuerdo debe dejar algo que te mantenga vivo en lo que vas desarrollando paso a paso. Me gusta analizar.

Está claro, si le agregamos algo de análisis a las cosas, es probable que no nos afecte tanto la circularidad de la vida.

¿Intentas ser Dios acaso que suprimes y evitas?. Me gusta preguntar.

Tus preguntas vienen del fondo de mis pensamientos para hacerme ver un punto, pero sabes que no me gusta cuando la gente educa tratándome como tonto sin que yo sepa a que destino quiere llegar. Contigo no puedo hacer la excepción.

Entiendo, las cosas se vuelven amargas cuando la gente se satisface vilipendiando a sus iguales.No me gusta arrepentirme.

Arrepintámonos de hoy, que no supimos controlar la situación. ¿Tanto es el descontrol de ambos que los adjetivos se vuelven opuestos y las manos se alejan del contacto?.

No busquemos el arrepentimiento, sino la moraleja. Hay que buscar una nueva oportunidad y una nueva decisión, la que se imponga en el camino que nos tocará vivir. Me gusta improvisar.

Muchas veces las improvisaciones no nos dejan satisfechos.

El mundo no se basa sólo de satisfacciones, si fuese así la carga emocional de la palabra satisfacer perdería su sentido, no sería satisfacción; sería realización. Me gusta divagar.

Cuando divagamos, llegamos. Disfruté mucho la verdad, a pesar de esconder mis palabras en oraciones sin sentido más que para el mío.

Es cuando sacas lo positivo, lo agradable, y lo hermoso de las situaciones. Me gusta querer.

Queramos mejorar, no volver atrás. Bajo nuestros propios cánones, sin prisiones escritas y estampadas en un hogar inscritos en la conformidad. Quiero y sonrío el momento vivido, no podría ser de otra forma, cuando uno ya posee cierto "aprecio mágico" por la sumas de cosas que conectaron esta experiencia.



Durmieron, sonriendo esperando que se repita la experiencia, pero sólo en los protagonistas ya que ambos sufren el mismo complejo de aburrirse en la monotonía.

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